You're my home || Aimeé

El chico de los rulos se apresuró a buscar a su novia dentro de las instalaciones de St. Vladimir, a medida que avanzaba algunos compañeros lo abordan para charlar sobre las prácticas clandestinas de elementos pero Brett no disminuyó el ritmo de sus pasos, ahora solo deseaba hallar a la pelirroja en el menor tiempo posible. La idea de pasar tiempo a solas con la dhampir lo empezaba a emocionar y eso nunca sucedía, siempre el moroi se demostraba desinteresado de la vida; incluso cuando ella le hablaba le tomaba poca importancia a sus palabras. No entendía como una chica como Aimeé podía ser su actual novia, ella era toda la calidez plasmada en un ser humano y Brett era un alma corrompida por odio. Quizá esa era la razón de tantas desventuras en su romance. Los rumores en torno a su relación corrían desde que Brett la utilizaba para plasmar sus ideas de volverse Strigoi hasta que ella estaba embarazada, claramente solo se trataba de especulaciones entre adolescentes. El Ozera sentía un afecto extraño hacía la chica desde el primer día en que ella se atrevió a decirle lo idiota que era por tratar mal a los demás, ese fue el detonante perfecto para ver al ojiverde rendido ante el esplendor de la mitad humana.

—¿Viste a Aimeé? —cuestionó al reconocer a una de las amigas de su pareja, Audrey era su nombre si mal no le fallaba la cabeza. La chica negó antes de alejarse, definitivamente perdería los papeles en algún punto y esperaba que no fuera cuando la tuviera delante suyo.



Estuvo alrededor de media hora en el plan de preguntar & caminar como un idiota en la búsqueda de Aimeé hasta que la localizó saliendo de la clase de "Historia II", se apresuró a tomarla del brazo sin dejar que ella se pronunciará al respecto. —Mientras menos preguntes mejor —habló con seriedad, vacilando un poco pues sabía que su novia podría patearle el trasero si ella quisiera, hasta donde los informantes de Brett le habían comentado, su chica era una de las mejores en cuanto a pruebas físicas se trataban, se sentía orgulloso de saber que al menos ella estacaría un strigoi si se hallará en peligro. Sin embargo los planes de Ozera eran distintos, él la desposaría y se aseguraría de que no batallará contra ningún peligro, así su madre se opusiera constantemente a la relación. —hice algo y no se si te gustará —desplazó a un segundo plano sus propios pensamientos para posar su atención en ella, las palabras salían con torpeza de sus labios, delatando por primera vez en su vida "nervios".[/color]

"Entonces el tema de hoy es ..." Mis ojos se desviaron a mi cuaderno de anotaciones, había estado toda la semana ansiosa y hasta el momento no lograba saber cual era el porque. El maestro me llama y yo fijo mi mirada en él, me da una serie de opciones y tengo que decirle la correcta, no había escuchado nada de lo que había dicho hasta el momento pero tenía la respuesta. Hablo antes de que él siga con su lista de reproches y el porque no estaba atenta a la clase, le doy la respuesta y detiene todo su discurso. Mi vida había sido así, vivía entre libros, podía decirse que era la típica chica rata de biblioteca pero si lo veías de otro modo, solo era una chica normal. Me gustaba leer porque me mostraba una realidad distinta a la mía, entonces cuando aquello pasaba podía solo pensar por horas en lo que sería mi vida fuera de aquí o todo lo que hay fuera de aquí. El nombre de mi novio llega a mi mente y entonces ya me encuentro pensando en él, lo había visto el día de ayer pero no me había dado el tiempo de acercarme, luego no había podido ir a verlo por el hecho de que había terminado rendida luego de mi practica en el gimnasio. El timbre suena y todos salen, no me apresuro a hacerlo y soy la última en salir, una mano toma mi brazo y observo confundida a Brett el cual no me da tiempo ni de decirle un simple hola ya que aquella simple línea de palabras hace confundirme - Pero... Hola, ¿como estás? Yo también te extrañe - murmuro entre dientes. No es que mi relación con mi novio fuera tan normal, en realidad nada con nosotros era normal y no me asustaba. Era raro para todos pero era tan normal para mi.

¿Qué haz hecho Brett? - me detengo un segundo y frunzo los labios, su mirada denota un brillo especial y me quedo viéndolo fijamente. Entonces solo se que me oculta algo, sus nervios son notorios pero finjo no haberlo siquiera notado. Recuerdo que solía ser y seguía siendo mi chico malo, él primer día que lo había visto en la academia lo había odiado pero sin duda el día que me enfrente a él y le grite en medio de toda la sala que era un idiota algo en mi había cambiado radicalmente, luego ya estaba enamorada del tipo frente a mi. Tomo su mano y entrelazo nuestros dedos y camino junto a él - ¿Tienes prisa? - pregunto.