tengo sed.... (Davina)

Había saciado su sed, sin embargo lo había hecho lejos de la ciudad, donde nadie podría ver sus asesinatos crueles, su sed que no le importaba que se desatara todo lo que quisiese, para poder finalmente matar a sus víctimas que le entregaban la deliciosa satisfacción de quedar saciado de sangre nueva que corría por su cuerpo.

Nunca solía ensuciar sus ropas al momento de alimentarse puesto que aunque mucha veces torturaba a sus víctimas, era ágil para poder disfrutar de ellas al embriagarlas, aprovechando la luna como compañía en aquellos días oscuros que tendría que pasar de por vida debido a su transformación inminente, siendo uno de aquellos días como es que el sol ardió demasiado en su piel, más que de lo común antes de convertirse en lo que era, dándose cuenta finalmente que dejaba de ser un Moroi.

Prontamente conllevando dicha transformación se convirtió en un ser sin sentimientos aparentes, un ser existente por la vida solo para hacer de las suyas...

Aquella noche finalmente luego de terminar con su caza, camino y caminó por el frondoso bosque con las manos en los bolsillos con tranquilidad pateando algunas piedras cuando las encontraba en el camino, teniendo un semblante relajado y despreocupado dentro de su pálido rostro, sus ojos rojos e intensos hasta que de pronto entre ciertos aromas peculiares siente uno en particular....muy familiar, no era de un humano...era un Moroi....relamiéndose sus labios se quedó apoyado en un árbol sacando una de las manos del bolsillo de sus jeans pasándosela por su semi largo cabello observando por entre los árboles y las ramas.